domingo, 27 de marzo de 2011

PUBLICACIÓN SEMANAL - RELATO 9 - II CONCURSO DE RELATOS AL WADI 2009: "Algo que Decirte"

Algo que decirte




PUERTO BRANDSEN



Valientino] Hola, Somantha. ¿Cómo va la tarde?

Tiempo estimado de respuesta, entre cinco y veinte segundos. Sin respuesta pasado el minuto: reintento.

Valientino] ¿Somantha? ¿Estás ahí?

Silencio, silencio visual en la pantalla del ordenador. Silencio virtual, más real imposible en el corazón enamoradizo de Valientino.

Valientino] Bueno, parece que no. Yo estoy por aquí, hablamos cuando quieras.

Una sensación difícil de filiar lo invadió nada más apearse del autobús. Había sabor a reencuentro en el aire de aquella ciudad que fue, que tal vez era todavía, la suya.

A los diferentes tiempos verbales conjugados en la búsqueda del más conveniente al retornado se fueron sumando desorientación, algo de extrañeza, y unas gotas de inquietud y hasta de expectación sutil replegada en su fuero interno a la espera de quién sabía qué.

No había taxis disponibles, de modo que podía esperarlos o no, y Blin eligió pasear. No caía lejos su destino y ya había esperado demasiado para alcanzarlo. A medida que avanzaba hacia su barrio de siempre, ganaba terreno también la añoranza, que avanzaba con él, siempre un paso por delante, marcándole el ritmo de los suyos propios, ralentizados ahora por el peso coaligado de nostalgia y equipaje. Toda su vida allí menos los siete últimos años. Siete años. Nunca pensó que podría pasar tanto tiempo fuera, atrapado por el magnetismo mítico del mítico Mediterráneo. Ni tampoco que fuese a tardar tanto en volver al seno entrañable y templado de su bruma norteña. El peso de siete años de ausencia, el peso también de siete años a secas, sin apellidos. Siete años atrás muy bien podía no haberme enterado de que llevaba esta maleta conmigo", pensó cambiándosela otra vez de mano.

Los cambios más perceptibles no dejaron de manifestársele por el camino.

Habían arreglado las aceras y repintado muchas fachadas, atenuantes estáticas del peso específico de su nostalgia. "Todos cambiamos, hasta las piedras". Confiaba en su propio aspecto modificado por el bronceado meridional y el pelo muy corto, amén del maquillaje biológico del tiempo transcurrido. Evitaba mirar demasiado a la gente que se iba cruzando, no tenía ganas de pararse con nadie por el momento, no tanto porque lo fuesen a reconocer como por reconocer él a alguien. Sólo quería dejar sus cosas, darse una ducha, puede que comer algo; y de abrazar a su hermana Rosa, por descontado.

Había podido adelantar el vuelo en dos días y no la encontró en casa cuando telefoneó para avisarla del cambio. Pero tampoco hizo después nuevos intentos. La sorpresa formaba parte, una parte importante, de los alicientes de la vida y conseguía siempre estimularla en positivo cuando las sorpresas, además de serlo, eran agradables.

Llamó al timbre y esperó. Pero no hubo respuesta. Bueno, tampoco tardaría mucho en llegar, que Rosina era muy casera. Por suerte las llaves de casa seguían operativas y le franquearon el paso a la vivienda que durante mucho tiempo había sido también la suya. Dejó en el suelo la maleta nada más cruzar la puerta y se detuvo por un momento a aspirar con profundidad complacida todo el aire que pudo, quizá con la esperanza de rastrear en él su pasado. Unos pasos instintivos lo condujeron luego a su antigua habitación. Cerró los ojos antes de mirar en su interior. Sí, era posible notar el aroma del pasado. El mismo que se desprendía del verde decaído de las paredes, del suelo de gastada moqueta azul, del antiguo ropero con una foto de los mejores Eagles, los de Hotel California. El pastel' juvenil sobre la cabecera de la cama, Daredevil: the man without fear, el cobertor con los colores de su equipo, "queridísimo Real Oviedo, cuánto me haces sufrir también en la distancia". Todo estaba tal y como lo recordaba, cómo lo había recordado muchas veces a lo largo de estos siete años transpuesto a orillas del Mediterráneo. Todo igual; hasta el calendario sobre la mesita de noche se había detenido en 1994. "¿Rosina, eres verdaderamente tan sentimental y detallista o sólo olvidadiza? sonrió, ladeando un poco la cabeza.

Había luz en la sala de estar. Una luz tenue, apenas un resplandor en la penumbra generalizada del incógnito retorno. Era el ordenador encendido, un clónico aún bastante vigente por lo que pudo leer en el indicador digital de la carcasa. También había un café a medio beber sobre la mesa. Parecía claro que Rosina había salido con prisa. No había de qué preocuparse, si la urgencia fuese realmente urgente, lo habría llamado al móvil, ella, tan enemiga de aquellos abanderados del consumo. Pero no de Harrison Ford. El salvapantallas elegido por su hermana era Indy Jones, no podía ser otro, látigo en mano y cara de linebacker de football listo para placar. Un leve movimiento de su mano sobre el ratón y el héroe vencedor de mil peligros se esfuma, incapaz ya de placaje alguno.

Valientino] ¿Te ocurre algo, nena? ¿No estarás enfadada por lo de ayer?

Rosina había provisto la nevera también con su cerveza favorita: rubia, fiable, alemana; brillante aun en la opacidad ocre de la botella. Destapó una y volvió al ordenador con una sonrisa maliciosa en los labios que no se iba con cerveza, más bien al contrario, quizá venía con ella...

Somantha[ Sí, estoy aquí. Y un poco enfadada, sí.
Valientino] Menos mal que me contestas. No me lo tomes en cuenta, por favor. Lo dije sólo porque me apetecía mucho verte, ya sabes las ganas que tengo de conocerte...
Valientino] Podíamos vernos este sábado, ¿eh? ¿Qué te parece?
Somantha[ Me gusta la idea.

Dijo instintivamente el cínico maquiavélico y burlón que habitaba en Blin. Pero era su hermana, sangre de su sangre. Tenía que levantar el pie. "Este tipo parece colado por Rosina, mejor no me complico. Tengo que sacármelo de encima".

Valientino] Estupendo, Rosa, no sabes la alegría que me das.
Somantha[ Bueno, pero ahora tengo un poco de prisa. Ya lo hablaremos con más calma en otro momento, ¿vale? Venga, hasta mañana.
Valientinol Espera, guapísima, ¿no vas a darme un beso antes de irte?

"Joder, esto se pone feo. Pero va, lo mejor será seguirle la corriente para que no sospeche".

Somantha[ A ver, ¿cómo lo quieres, Valientino? Preguntó el trasgo suplantador con no poco esfuerzo.
Valientino] ¡Esa es mi nena! Lo quiero como siempre, suave y húmedo, aquí, justo debajo del bigote, por favor.

"Puaaag, ¿quién me mandaría preguntarle nada!"

Somantha[ Mua. Nos "vemos" mañana. Que tengas un buen día.

Blin se sorprendió a sí mismo limpiándose los labios con el dorso de la mano antes de darle un nuevo trago a la cerveza que le quitara de la boca el mal sabor virtual.

Qué pelmazo de tío. Bueno, lo mejor sería retirarse por si volvía a por más. Pero el juego lo divertía, ya falta de algo mejor que hacer, optó por seguir jugando con la única preocupación de no toparse con el apasionado Valientino. Se hizo informar por el programa de las salas de chat disponibles: Arte y literatura, "no, no me va mucho"; 15 a 20, "no, gracias, ya se me pasó la edad"; Ligoteo, "no, mejor le soy fiel a Valientino, no sea que se me ponga celoso"; Cibersexo, "ufl peor todavía, que igual me lo encuentro allí dentro exaltado de pasión y dispuesto a rematar la faena"; Blue café, "bueno un café no podrá hacerme mucho daño. Mejor me tomo uno mientras llega Rosina", pensó, agotando las opciones del chat y la cerveza de la botella.

Las paredes llevarían siglos desconchadas, la suciedad de las cortinas ofendía la vista y no había nada salvable en el frugal y raído mobiliario hágalo usted mismo del estudio. El dueño le había dado cinta blanca y eso haría en cuanto le fuese posible: tirarlo todo a la basura y sustituirlo por algo medianamente salubre. Claro que pasarían al menos un par de meses hasta poder compensar con algo más que aire fresco el desalojo de tanta inmundicia, pues su sueldo no permitía muchas alegrías. Por suerte tenía consigo a su ordenador portátil, su más fiel compañía bajo cualquier circunstancia.

Una máquina-mascota que se adaptaba bien, mejor que nadie, a cualquier cambio de aires. Ahí estaba ahora mismo, imperturbable y digno sobre el hule floreado por pétalos de rosa con que para su protección había forrado aquella carcomida mesa provisional.

Se conectó a la red y consultó el correo mientras el buscador trabajaba. Leyó sus mensajes -nada importante- para luego desentrañar, al fin, el intríngulis de aquella misteriosa anotación en una hoja de bloc abandonada: Linternia, clave Surprise:

linternamágica. Http://www.surprise.es/chat. sugirió el buscador.

No había mucho ambiente, once usuarios, cuatro tan sólo hablando. De música, a lo que se veía.

Organigramix] Los Discóbolos son geniales, sí.
Santamadonna[ Yeso que están todavía en fase de lanzamiento, je, je.

Pensando en que decir, un recién llegado vino a ponérselo en bandeja, huérfana, por otro lado, y pese al nombre de la sala, de café alguno.

Karakono] ¿Alguien de Vallekas?
Somantha [ Sí, el Rayo. ;w)
Organigramix] XODD
Santamadonna[ Muy bueno, Somanta.
Karakono] ¿A qué te bajo las bragas y te doy otra somanta, tía borde?
Somantha[ Oye, que. yo no llevo bragas, vallecano sabrosón.
Karakono] ¿Qué te pasa, que no las usas para no perder tiempo, so puta?
Somantha[ No es eso. Es que soy un tío, compadre. Y no me quedan bien, que si no...
Karakono] ¿Llamándote Samanta, un tío? ¿No serás maricón?
Somantha[ No, si no me llama Almodóvar para algún casting. Oye, ¿quién atiende aquí?, tengo ganas de un café.

Nadie contestaba y el eco de la pregunta se aposentó sobre el fondo de la pantalla, poblándola de duda irresoluta y virtual. "Bueno, si no hay café, tendré que conformarme con otra cerveza", se dijo, permutando en la cocina un envase vacío por otro próximo a vaciarse.

Linternia[ ¿Cómo lo desea el caballero?

Le preguntaba a Blin la pantalla cuando volvió a encararla cerveza en mano. Al menos ahora no lo confundían con su hermana ni con ninguna otra mujer, esto había que celebrarlo. Y es que no hay como reconocer que eres un tío con nick de tía para que nadie vuelva a poner en entredicho tu género sexual.

Somantha[ Mmm, bonita camarera. Café solo, por favor, porque solo parece que estoy.

¿No querrás acompañarme, preciosa? Prometo no decirle nada al encargado y dejarte una buena propina...

Linternia[ ¿Debo entender que me invita a sentarme con usted?
Somantha[ Veo que lo has entendido a la primera, muñeca. Si entra alguien más, con levantarse a atender, asunto concluido. Y aquí paz y después gloria, je, je.
Linternia[ ¿Alternar con los clientes? Oh, no sé si debo...
Somantha[ Insisto, guapetona, sírvete lo que quieras y hazme un poco de compañía. Me encuentro tan solo...
Linternia[ Está bien. Pero prométame que sabrá comportarse; que soy una chica muy decente, yo.

Aquella Linternia era una cachonda mental. Le gustaba. Tanto que se le estaba haciendo muy, muy corta la sesión. Una fortuita sesión camino de las dos horas, ya. Un diálogo con mucho humor y salpicado de mil coincidencias mágicas, desenfadadas al principio, serias cuando derivaban hacia trascendencias sentimentales; toda una cúspide de emotividades por momentos. Descubrían coincidir en muchas cosas, y también iban ganando en confianza, en intimidad acotada entre la inexistencia de las paredes compartidas de aquel invisible cibercafé. La historia personal de las personas también se escribe con casualidades, más recordadas cuanto más felices.

Linternia[ Cada vez me alegro más de haberte visto
Somantha[ ¿Me has visto? ¿Puedes verme? Potentes tus ojos, mi dama...
Linternia[ ©. ¿Ves?, siempre terminas por arrancarme una sonrisa. ¿Cómo consigues mantener constante ese humor tuyo?
Somantha[ Eres tú quien lo inspira. Pero dime, si te gustan los hombres y si crees que tu vida mejoraría con una buena relación de pareja, ¿por qué no pones un poco de tu parte?
Linternia[ Me gustan, sí. Pero no quiero enamorarme de ninguno. No ahora. No es un buen momento. Mi vida ya está bastante liada.
Somantha[ Suena a tópico. No es más que una frase hecha, en el 99% de los casos.
Linternia[ No en el mío, te lo aseguro.
Somantha[ Lo de la vida liada, digo.
Linternia[ No sé, supongo que yo debo estar entre el lioso 1% restante. Pero es difícil créeme, no consigo arrancar.
Somantha[ Eso carece de importancia a menos que se sea un coche, je, je. Ahora en serio, veces también yo digo lo mismo, no te creas. Pero eso no quita para que sepa que en el fondo las cosas son mucho menos complicadas de lo que parecen. ¿Cómo no va a ser bueno el momento para algo que puede ser también bueno o aún mejor?
Linternia[ El tópico es cierto en mi caso. No es muy grave, pero me encuentro inoperante. No encuentro el camino a seguir.
Somantha[ ¿No encuentras el camino? ¿Tú, que "iluminas" el mío?
Linternia[ Sí. Estoy en una dualidad constante.
Somantha[ ¿Dualidad? ¿De qué tipo?
Linternia[ Entre lo que hago y lo que quiero hacer, lo que tengo y que quiero tener.

Estoy en una etapa nueva y difícil. Todo un lío, como puedes comprobar.

Somantha[ Hay que jugar con lo posible y explotarlo a tope. Lo posible puede dar mucho juego, no hace falta recurrir a la ciencia-ficción para emocionarse.
Somantha[ Aunque también viene bien soñar de vez en cuando. Dicen que sólo soñando con lo imposible se realiza lo posible. En fin ...
Linternia[ Sí, se dicen muchas cosas; hay para escoger, ¿verdad?
Somantha[ Cierto. ¿Qué te gustaría conseguir a ti? ¿Algo en concreto?
Linternia[ Es muy denso, de veras, y ahora no me encuentro con ánimo para hablar de ello. Es por una cosa que me pasó sin querer y me trae a mal traer.
Somantha[ No creo que lo que quieras conseguir, que la dualidad de tu vida dependa sólo de un terna concreto. Eso es bastante difícil. Siempre suele haber algo más, más temas de uno.
Linternia[ Ya, pero todo se complica por momentos.
Somantha[ Es que vuestro sexo es complicado por definición, querida.
Linternia[ Ja, ja, ja. Nuestro sexo no es complicado, qué va a ser.
Somantha[ No sé por qué me da que le has puesto un cerrojo a tu corazoncito. Y es una pena. ¿No sería mejor reservar tu resistencia para fines más saludables que refrenar tus propios sentimientos?
Linternia[ Que no es eso, de verdad. Joder, ¿por qué será todo tan complicado?
Somantha[ Creo que me estoy metiendo donde nadie me llama, olvídalo.
Linternia[ Yo lo que creo es que hay un error de base.
Lintemia[ Mira.
Somantha[ Miro, pero nada veo.
Linternia[ No voy de corazón duro, puedes creerme. Al contrario, soy muy sensible.

Pero tampoco me enamoro con frecuencia. Uf, me cuesta hacerme entender.

Somantha[ Eso no tiene nada que ver para reprimir tus sentimientos. Si los reprimes es porque hay algo más que el tópico del momento bueno o malo,
Lintemia[ Que no los reprimo, de verdad. Sólo que he aprendido de mis errores.
Somantha[ Los errores sólo se corrigen acertando, no reprimiendo.
Linternia[ Pero de veras que no me reprimo, no creas que tengo miedo a vivir o algo así.
Somantha[ Bien, pero hablas del momento, como si el momento lo fuese todo y te equivocas. El momento sólo es parte de ti, eres tú quién decide,
Somantha[ y los dos sabemos que hay algo más que un momento mejor o peor.
Linternia[ Siempre hay algo más, Perdona un momento, voy a vestirme,
Somantha[ ¿Estabas desnuda?
Linternia[ Sí, tesoro.
Somantha[ Desde luego, vaya poco que me fijo; debo de estar perdiendo facultades …

Vestido el cuerpo, pronta a desnudar la verdad, Linternia anuncia su vuelta al espacio engañoso del BIue café con un escueto Ya. Blin quería concretar algo, acabar con todo cuanto antes. Antes de que volviesen a llenar la casa Rosina y la realidad no virtual, su propio yo reubicado en sus queridos orígenes, la interrogante mayúscula del hueco descubierto en el corazón.

Somantha[ Mat•isa... , noto como que estuvieses intentando decirme algo y no supieses cómo. Quiero que sepas que te escucho y que si puedo ayudarte en algo lo voy a hacer.
Linternia[ Gracias, pero no te preocupes por mí. Ha sido un día muy largo.
Somantha[ Seguro que no tanto, tendrá 24 horas, como todos.

Mario Luis agradeció la nota de humor, le haría más fácil el resto. Iba siendo hora de aclararlo todo, ya se había divertido bastante... al principio. Había sido bonita la coincidencia inicial y todas las demás, no quería estropear el final más de la cuenta.

Linternia[ Yo... verás, estabas en lo cierto: sí tengo algo que decirte...

Hasta en eso coincidían. Hasta en el sexo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario